No es complicado hacerse a la idea de lo que uno puede esperar cuando se habla de Persona. La saga de ATLUS siempre ha sabido hacerse con un nombre de prestigio entre los amantes de los JRPG. Fue en 2017 cuando ATLUS sorprendió con Persona 5: un videojuego con personalidad a raudales que pasó a ser considerado de inmediato como uno de los referentes tanto en su género como en el sector en general.
Sin embargo, es con su versión definitiva, «Royal», donde este ya imprescindible alcanza la excelencia.
Qué hace a Persona 5 tan especial?
- Un profundo sistema de habilidades sociales y gestión del tiempo
- Un elenco de personajes únicos
- Una estética increíblemente carismática
- Un pulido sistema de combate y mazmorras
- Una gran historia contada de una forma magistral
- Una banda sonora sublime
- Una excelente traducción y localización al español en su edición Royal
Persona es una serie que, pese a estar ambientada en el universo de Shin Megami Tensei y nacer como un spin off de esta saga, ha sabido desmarcarse y labrarse su propio camino.
Son títulos en los que destaca la simbiosis entre las mecánicas sociales y un pulido sistema de mazmorras. Siempre han tratado sin miramientos temas serios, no temblándole el pulso a la hora de mostrar el lado oscuro de la sociedad japonesa. Por supuesto es también el caso de la quinta entrega.
¿Cuál es la premisa?
Ambientado en una Tokio contemporánea, nos metemos en la piel de un estudiante con una serie de problemas legales que se ve obligado a comenzar una nueva vida. Es en este proceso de «rehabilitación» en el que comienzan a producirse determinados sucesos extraños.
Son estas situaciones las que llevan, tanto al protagonista como a los diferentes personajes que irá conociendo, a involucrarse cada vez más en unos hechos y conspiraciones que ganan magnitud conforme se avanza en la historia.
La trama transcurre a lo largo de un curso académico en el que, día a día, podemos distribuir nuestro tiempo en infinidad de actividades; desde quedar para cenar o ir al gimnasio hasta estudiar para preparar los exámenes, tener citas, ver películas o buscar un trabajo a tiempo parcial (todo ello sin faltar a clase).
El juego tiene una capacidad fascinante para, en función de en qué y en quién invirtamos nuestro tiempo, llevarnos a misiones secundarias o microhistorias con un enorme trasfondo.
Sin embargo, no todo será el aspecto social. Es gracias a la percepción que tienen de un mundo cognitivo estrechamente ligado a la realidad, el Metaverso, que los protagonsitas pueden liberar su «Persona» y adquirir ciertas habilidades.
Esto les permitirá acceder a esta suerte de inconsciente colectivo en el que habitan los deseos más ocultos de la gente y en el que se desarrollan las incursiones. Esta dualidad entre Mementos y el mundo real será el eje central sobre el que se cimienta toda la historia.
