Tras el éxito rotundo de Atari 2600, el crecimiento exponencial y estando ya asentada como referente en la comercialización de videoconsolas, Atari lanza la 5200 en 1982. Eran años en los que había demasiada oferta, ya que infinidad de compañías intentaron subirse a la ola de la industria del videojuego. Esto desencadenó en la crisis del sector en 1983, uno de los motivos principales de que las empresas hasta entonces dominantes comenzasen a atravesar dificultades y a ver mermada su posición. La Atari 5200 era una versión mejorada, en lo técnico y lo gráfico, de su predecesora. Sin embargo, su falta de retrocompatibilidad, su escasa durabilidad y la fuerte competencia de máquinas como Intellivision o ColecoVision, todas lanzadas ese mismo año, la condenaron en el mercado pese al relativo éxito inicial, hasta tal punto de que Atari acelerase el lanzamiento de la consola 7800. Con este contexto, unido a la aparición de nuevas compañías como Sega y Nintendo, que llegarían a la industria con fuerza para acabar convirtiéndose en referentes, empezaba a vislumbrarse la caída de la que hasta la fecha había sido el gran gigante del mundo de los videojuegos.